Puerto Rico apreció ayer con claridad los daños y la devastación que dejó el miércoles a su paso por la isla el huracán María.
Las calles permanecen intransitables por las decenas de postes de la electricidad caídos, que dejaron a toda la población sin luz, así como por cientos de árboles arrancados por vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora del ciclón, lo que dificulta las comunicaciones entre los puertorriqueños.
Además, siguen registrándose fallas en el 80 % de las telecomunicaciones, lo que mantiene la angustia de miles de ciudadanos dentro y fuera de la isla que no han podido verificar el estado de sus familiares.
Por otra parte, en Dominica, el primer ministro de la pequeña isla, Roosevelt Skerrit, informó ayer que se estiman 20 personas desaparecidas y 15 fallecidas tras la destrucción provocada por el recorrido del huracán María hacia el oeste de la región, y que fue un milagro que el número de muertos no alcanzara los centenares.
El funcionario detalló que innumerables hogares fueron destruidos como consecuencia del impacto de la tormenta, de categoría 5, al golpear la isla caribeña. Los sistemas de comunicaciones de la isla colapsaron y las infraestructuras quedaron completamente destruidas.
El huracán, bajó a categoría 3 y se alejó ayer de República Dominicana tras castigar la costa noreste del país con vientos huracanados, intensas lluvias y fuerte oleaje que han provocado inundaciones en varios puntos del país.
El ojo del huracán, que se aproximó la madrugada de ayer al país a unos 100 kilómetros al noreste de la turística localidad de Punta Cana, se ubicó a unos 185 kilómetros al noreste de Puerto Plata tras recorrer en paralelo la costa norte.
Este ciclón, que ha dejado al menos un desaparecido en República Dominicana, se mueve a 15 kilómetros por hora en dirección noroeste, lo que le aleja paulatinamente de la isla y lo encamina hacia el archipiélago de Turcas y Caicos, y posteriormente al este de Bahamas, informó ayer el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos.